Santiago de Compostela, a 7 de septiembre de 2018.
A sus 53 años, Maximino Abraldes lleva tres temporadas como abonado número 1 de la SD Compostela. 45 años unido al club de su vida en los que ha vivido grandes momentos, tanto en Santa Isabel como en San Lázaro, y un futuro que espera que depare historias tan increíbles como en el pasado.
¿Cuándo y cómo comenzó su vinculación con la SD Compostela?
Mi primer contacto con el Compostela fue en la temporada 72-73 cuando mi padre me llevó al viejo Santa Isabel para ver un partido contra el Bilbao Athletic. Me encantó y al año siguiente mi madre me regaló el carnet de socio. Mi vinculación con el club, en estos años, no fue sólo de socio o abonado, sino que fui accionista cuando se convirtió a Sociedad Anónima Deportiva y a principios de los años 80 jugué en las categorías inferiores.
¿Qué significa para usted ser el abonado número 1 de la entidad?
Es algo que me hace mucha ilusión. De pequeño, pensaba que igual algún día llegaría a ser el número 1 y ahora que lo soy, aquella ilusión de niño, se convirtió en realidad.
¿Qué supone para usted un día de partido?
Es un día de diversión, de ver un deporte que me encanta, que es el fútbol, y de sentir unos colores, el azul y blanco del Compostela.
¿Qué recuerdos tiene de Santa Isabel y San Lázaro?
Los dos estadios me traen muy buenos recuerdos, aunque también hubo momentos en los que se sufrió. En Santa Isabel, el mejor recuerdo fue sin duda el ascenso a Segunda División en la época de Fernando Castro Santos y en San Lázaro el mejor fue ver a la afición volcada con el equipo, con el estadio lleno de banderas y bufandas blanquiazules. Destacaría, sobre todo, el triunfo ante el Tenerife, en la primera temporada en Primera División y que permitió la salvación. Me acuerdo muchísimo también de la victoria ante el Barcelona de Johan Cruyff, un triunfo contra el Espanyol que supuso el subcampeonato de invierno o, más recientemente, la vuelta a Segunda División contra el Barcelona B, en la liguilla de ascenso, o el ascenso contra el Monzón y el Cieza.
Después de tanto tiempo ligado al club, ¿como marcó la SD Compostela su vida?
La marcó bastante porque estuve tiempo trabajando y estudiando fuera y, a veces, hacía coincidir mis viajes a Galicia con partidos del Compos en casa, para así poder ver a mi equipo.
¿Por qué merece la pena abonarse al equipo?
Merece la pena porque hay que apoyar al equipo de la ciudad, porque todos a los que nos gusta el fútbol debemos ayudar.
¿Qué le diría a los más jóvenes para que se interesen por el club?
Les diría que así como hace muchos años, cuando yo me hice abonado, no pensábamos en llegar a Primera División y lo conseguimos, que se vayan haciendo abonados ahora de jóvenes, que le vayan cogiendo cariño al equipo y entre todos, subiendo escalones, podemos conseguirlo.
Hablando más del presente, ¿qué le parece el proyecto que se inició hace tres veranos?
Es un proyecto muy interesante. Tener gente de la casa siempre ayuda muchísimo. No somos un equipo que por la economía nos permita poder tirar de talonario, sino rodearse de gente joven y que se vaya formando. Creo que es un proyecto muy ilusionante y la gente que lo está trabajando lo está haciendo muy bien.
El curso pasado, en el playoff, volvimos a ver a San Lázaro vestido con las mejores galas. ¿Qué tiene de especial este equipo para enganchar a la gente?
Tener una base de la casa ayuda a que venga más gente. Y el día del Salmantino, creo que la gente que le gusta el fútbol en Santiago estaba deseando volver a San Lázaro, a ilusionarse con algo, y ver tan cerca el ascenso creo que fue lo que hizo que San Lázaro se viese con ese gran aspecto.
¿Cree que este año se puede lograr el ascenso?
Es muy pronto para decirlo, tiene buena pinta, pero hay que ver como evoluciona el equipo. Con todo, creo que no debemos obsesionarnos con el ascenso. Creo que tenemos que ir paso a paso. El objetivo primordial debe ser clasificarse para el playoff. Si lo hacemos y tenemos un poco más de suerte que el año pasado, creo que lo podemos conseguir.
Por último, con usted de abonado número 1, ¿es posible llegar de nuevo al fútbol profesional?
Es difícil, pero no imposible. Para que esto sea posible no tenemos solo que implicarnos los abonados o los jugadores, sino que requiere una implicación global de toda la ciudad, desde las empresas, los restaurantes y hasta las instituciones, que de una manera o de otra tienen que apoyar al proyecto. Si una vez se consiguió, porque no vamos a poder lograrlo otra vez.